domingo, 16 de octubre de 2011

Estética y modernidad de Lisímaco Parra

Cabe preguntarse, desde luego, por lo que queda de la teoría kantiana de lo bello. Más aún cuando tan insistentemente separó a su facultad, el juicio de gusto, del mero agrado o desagrado y también de la conceptualización. Buena parte del arte y de la estética actuales, con impulso hegeliano ambas, consideran que la significación conceptual (con sus diversas variantes, algunas incluso materialistas) es lo propiamente artístico, y en esa medida estiman necesaria la superación (Aufhebung) del paradigma clásico de lo bello. Sin embargo, más allá de las discusiones académicas y de ciertas elites de artistas incomprendidos, la estimación popular está lejos de desplazar el sentimiento de lo bello. Tanto como lo está, por el otro lado, de disociar el gusto y lo que produce placer o displacer, aun a costa de subjetivizar al primero en extremo.

Este estudio, que fue la tesis doctoral de su autor, inscribe la teoría kantiana sobre lo bello en el contexto histórico en que se desarrolló -que le era bien conocido al filósofo de Königsberg-, pero también a la saga de las "estéticas" de Platón y Aristóteles. Los primeros tres capítulos están dedicados a exponer ciertas líneas de desarrollo de la estética moderna anterior a Kant; principalmente el debilitamiento de lo que Kant llamará "realismo estético" (capítulo II) y la polémica de Burke con Hutcheson (capítulo III). Los últimos dos capítulos revisan la analítica y la deducción del kantiano juicio de gusto, para concluir con su diferenciación respecto del conocimiento. En ese punto son especialmente iluminadoras las explicaciones de Parra sobre por qué Kant, en su crítica del realismo estético, distingue entre un sentido común estético y uno lógico, entre un conocimiento determinante y uno reflexionante, así como entre ideas estéticas y conocimiento, explorando lo que implica un conocimiento simbólico y las condiciones de posibilidad de la comunicabilidad estética. Luego el estudio incluye, precisamente, dos anexos sobre las herencias platónica y aristotélica, además de un índice analítico y uno onomástico. Dice el autor:
Lo que aún hoy, y de manera más o menos espontánea llamamos experiencia de lo bello, presupone un complejo proceso tanto de control del mundo sensitivo, como de cuidadosa diferenciación y jerarquización de sus contenidos. Sin tal proceso resultarían incompresibles tanto la civilización moderna, como la experiencia, en lo que tiene de moderno, de la belleza.
En efecto, la insistente necesidad de volcar la estética desde el terreno conceptual en que predominantemente se encuentra hacia el oscuro ámbito de la sensibilidad y la distinción crítica de sus diversos procesos, formas y contenidos, hace que ensayos como el de Parra y teorías como la de Kant sobre lo bello tengan plena importancia en la actualidad, aun cuando sea para enfatizar las propias distancias.


Título: ESTÉTICA Y MODERNIDAD. UN ESTUDIO SOBRE LA TEORÍA DE LA BELLEZA DE IMMANUEL KANT
Editora: LISÍMACO PARRA PARÍS
Formato: 14 x 21,5 cms.
Páginas: 346
Editorial: Universidad Nacional de Colombia
Ciudad: Bogotá
Año: 2007
ISBN: 978-958-701-840-0

Reseña editorial:
En esta investigación se aborda la teoría kantiana de lo bello desde tres puntos de vista. El primero de ellos es histórico, y busca dilucidar las continuidades y diferencias de la doctrina kantiana con respecto a sus antecesoras en la Modernidad. De manera específica, se abordan el canon estético neoclásico del siglo XVII –desarrollado principalmente en Francia– y algunos de los autores más representativos de la tradición inglesa del siglo XVIII (Hutcheson, Burke y Hume).

Del anterior examen se deriva el segundo punto de vista: los juicios sobre lo bello afirman una pretensión de validez universal para un placer que, no obstante, es eminentemente individual. El autor quiere ver en esta tensión entre universalidad e individualidad una característica propia de la sociedad moderna.

El tercer punto de vista está constituido por la posibilidad de interpretar la creación artística como un tipo de conocimiento, que si bien no se plantea necesariamente como alternativo, al menos sí como diferente del conocimiento físico-matemático moderno. Aunque Kant no quiso verlo así, de su doctrina podrían derivarse elementos que permiten una comprensión más adecuada de fenómenos intelectuales posteriores, como las llamadas ciencias del espíritu o el arte abstracto.



La obra puede ser leída en su totalidad en la página Web de la Biblioteca Digital de la Universidad Nacional de Colombia.

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